Lo sabemos. Cuando uno piensa en una torrija, la Semana Santa se le viene a la cabeza. No cabe duda que la tradición marca que, en esta fecha, los paladares más golosos quieran hincar el diente a uno de los postres más queridos de la gastronomía española. Pero… ¿Qué opinas si te decimos que se pueden comer torrijas todo el año en Alcalá de Henares? Apunta el lugar: Restaurante 1888.
La torrija, una tradición de Semana Santa
Hagamos un poco de historia… ¿Por qué la torrija se toma en Semana Santa? La tradición cristiana manda no comer carne durante esta festividad en señal de penitencia. Ante la ausencia de carne, la torrija resultó ser un plato sencillo que aportaba energía y saciaba. Esto es así porque es un plato rico en hidratos de carbono, grasas y azúcar, algo que, en tiempos de recogimiento por la Semana Santa, fue entendido como una recompensa ante las restricciones alimentarias.
Además, es un plato ideal para no desperdiciar alimentos y aprovechar el pan, un bien muy preciado en las sociedades de antaño que no querían tirar el pan aunque estuviera duro. Algo que se ha ido transmitiendo de generación en generación, de abuelas a madres… hasta nuestros días.

Prueba la mejor torrija de Alcalá de Henares
En el 1888 la torrija se puede disfrutar durante todo el año. Si bien la carta del restaurante introduce cambios y novedades dependiendo de la época y estación del año, la torrija permanece siempre. Para el chef de la casa, Alfonso Sanz, “es un postre que nos representa y ha creado escuela”.
Una receta que respeta y homenajea el sabor clásico, pero lo reinterpreta con delicadeza y atrevimiento para conseguir una experiencia culinaria de diez y que algunos comensales ya califican como “Espectacular”. «Un dulce y sabroso final después de degustar otros platos de la carta que, sin duda, no defrauda«
El secreto de una de las mejores torrijas de Madrid
Lo que hace especial a la torrija del Restaurante 1888 es un delicado proceso de preparación, marca de la casa y que impregnan a todos sus platos. En este caso, la torrija se hace con pan brioche belga, un pan rico en mantequilla que le da a la una textura esponjosa y un sabor suave. Además, se añaden trocitos de azúcar cristalizado, que recuerdan al crujiente de una masa de gofre.
A continuación, se baña el brioche en leche infusionada con ramas de vainilla natural y un toque de canela, creando ya un olor que impregna la cocina… ¡Irresistible!. En paralelo, se va preparando una mezcla de azúcar y yema de huevo, que posteriormente se incorpora a la leche templada ya aromatizada. Se bate el conjunto, obteniendo un néctar delicado y cremoso con el que se baña las torrijas.
Las torrijas bañadas deben dejarse reposar, marinando durante 12 horas en la nevera. Es un proceso largo y laborioso, pero imprescindible para conseguir un sabor espectacular que hacen tan ricas y especiales a las torrijas del Restaurante 1888.

El toque final es cocinarlas en la sartén y con mantequilla noisette, un ingrediente muy especial y que le da un toque de sabor a avellana tostada. Después, se unta la torrija en azúcar, se carameliza por los dos lados y se emplata con una bola de helado de nata con caramelo toffee salado. El contraste de temperaturas, texturas y sabores es inolvidable. Vas a querer repetir.
Semana Santa en Alcalá de Henares
La Semana Santa en Alcalá de Henares es una de las más populares de La Comunidad de Madrid. Por algo fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y este año 2025 incluye más de medio centenar de actos en su programación. Si aún no la conoces, no dudes en descubrirla y, de paso, visitar el Restaurante 1888, pedir esta torrija y vivir la tradición de la mejor forma, en un entorno maravilloso que ya disfrutan y valoran todos aquellos que visitan este icónico restaurante en el centro de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad.
La torrija de 1888 es todo un símbolo de identidad, que ha demostrado que se puede innovar y evolucionar sin perder la esencia de un plato muy arraigado a la cultura gastronómica española, y especialmente a la tradición de la Semana Santa.
